Asistencia a domicilio

Estaba enfermo y fueron a visitarme.

Es un ministerio o servicio que la Sierva de Jesús presta a los que sufren o necesitan ayuda en el proceso de su enfermedad, a través del cual se hace “portadora del Amor redentor de Cristo”, respondiendo en lo posible a los problemas existentes en el hombre de hoy. El cuidado a los enfermos en sus domicilios nos lleva a cada familia, a cada hogar a llevar el mensaje de Dios a través, no sólo del cuidado corporal del enfermo, sino también a través de gestos de entrega, ternura, amor y sacrificio. “Vamos a la cabecera del enfermo impulsadas por la caridad, permanecemos allí por la caridad y nuestro fin es la caridad”.

Salir cada noche a cuidar a los enfermos es una misión sublime que nos acerca más a la configuración con Cristo que pasó haciendo el bien a todos. La visión de una entrega que va más allá de un horario “normal”, que busca ser luz en la noche, que desafía a un mundo que no entiende la entrega en esta medida, es una de nuestras fortalezas ante una realidad que ha cambiado y que nos insta a tomar conciencia de esta nueva situación y replantearnos nuestra formación, buscando una adecuada adaptación a esta realidad que nos toca vivir, desde la apertura a las nuevas formas y exigencias en este campo de apostolado Salir cada noche es una respuesta a “la Iglesia en salida que nos pide el Papa Francisco, abrimos nuestras puertas y salimos al encuentro de nuestro hermanos que sufren porque “salir hacia los demás para llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido. Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al lado del camino.”

La Asistencia a domicilio ofrece un amplio campo de Misión y somos conscientes de que para realizar la misión espiritual debemos aspirar a enriquecer la entrega con los medios más adecuados, esta debe ser nuestra máxima aspiración, la atención integral para llegar al alma del enfermo a través de los cuidados que requiere la enfermedad y hacerles descubrir la salvación de Dios.

Este fue el primer apostolado que ejercieron las primeras Siervas de Jesús.  

En la Asistencia a domicilio, la Sierva de Jesús va a la cabecera del enfermo impulsada por la caridad, permanece allí por la caridad y su fin es la caridad.

( Enfermera de Cristo pág. 117)

En este apostolado, las hermanas prestan, no sólo atención sanitaria a los enfermos, sino que también les atienden en sus necesidades prestándole asistencia espiritual: compadeciéndoles y animándoles a llevar su enfermedad.

Las hermanas son también una gran ayuda y apoyo para los familiares;  muchos enfermos son hospitalizados, falleciendo en los hospitales y centros, siendo las hermanas, en muchas ocasiones, su única compañía.

La noche tiene un sabor especial para contemplar a Cristo que yace en una cama, soy Sierva de Jesús y gozo con la escena de la Verónica a quién la tradición recuerda por haber limpiado el rostro sudoroso de Jesús, soy tan dichosa como ella pues también a mí me regala el poder hacerlo cada noche limpiando sudor, lágrimas, escuchando lamentos; todo un Dios baja hasta nuestra condición para identificarse con nosotros: "lo que hiciste a uno de estos mias humildes hermanos a mi me lo hiciste"
HNA. Mª GUADALUPE RAMIREZ HURTADO
Cuiden la salud del hombre entero, que es cuerpo y alma y tiene un destino eterno.
Santa María Josefa del Corazón de Jesús
Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad